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lunes, 20 de noviembre de 2023

Los peores temores

 Me quedé sin palabras.

O eso creí, que ya era tanto, que no sabía con qué palabras describir como me sentía. Pero no me había quedado sin palabras, estaban todas en mi cabeza dando tumbos, chocando entre sí. Creía que si las expresaba en voz alta, o acaso escribía un mensaje en la web imborrable, me haría daño para siempre. Entonces la escribí en mi cabeza, con toda la furia, imaginé otra vez los peores escenarios. Como leí por ahí, una de esas tantas cosas, "Terminó la campaña del miedo, y comenzó el miedo". 

Y cosas así escribí, cosas furiosas. Decidí terminar relaciones para siempre. Iba a decir palabras hirientes, que iban a zanjar en la intolerancia, y al final iba a arrepentirme. No porque no las sintiera ciertas, sino porque la ira es mala consejera. Si se van a decir cosas de verdad hay que decirlas con altura, y la furia es una emoción que nos hace caer bajo.

La violencia, a la que tanto temía, también estaba en mí, con intolerancia y con dolor, pero sobre todo con miedo al futuro.

Lloré mucho. Me fui a dormir averiguando posibles países a donde migrar, o mejor dicho, a donde escapar. Recordé la canción que dice "Solo le pido a Dios que el futuro no me sea indiferente, desahuciado es el que tiene que marchar, a vivir una cultura diferente". Me desperté también llorando mientras seguía imaginando futuros espantosos surgidos de las propuestas de, ahora, nuestro presidente electo.

Opté por una limpieza de redes sociales y contactos de celular. Opté entre "silenciar" a esa gente que hay que seguir por familiar o colega, y bloquear esa gente que ni me interesa un poco. Para mí con esas personas, es un antes y un después.

Ví el estado del pediatra de mis hijas, celebrando la victoria. Y dudé ¿Estoy bien? ¿Qué le pasa a este señor? Puedo seguir confiando en mi criterio, o mejor dicho en su criterio? Ese estado me hizo mucho ruido porque respeto al doctor, siempre tan amable y comprometido con su trabajo. Me pregunté muchas cosas, empezando, se puede ser médico en hospital público tantos años, ver tantas cosas, y de pronto votar  un partido que dice (y cito textual) "para nosotros el mejor sistema de salud es aquel en el que el usuario paga por sus servicios" ¿Entonces si un niño tiene padres que no pueden pagar por el servicio, en ese caso, es correcto que el niño muera? ¿Es eso lo que está bien? Trato de entender doctor, porqué elegir y celebrar eso. Y también me imagino su respuesta. Me dirá que los que estaban eran corruptos, y tiene toda la razón, que eran inmorales, y recuerdo las fotos del intendente en un yate cuyo alquiler diario paga 30 sueldos, y digo tiene razón doctor. Y me va a decir que usted vio morir nenes por que el hospital no tenía insumos, porque los afanaron estos caraduras, y tiene razón doctor. No soy necia, a mi también me da vergüenza ver como un diputado anda chupando teta a la novia, mientras delibera la cámara y cobra fortuna. Con la nuestra, además ¿Pero era necesario que perdiéramos todo para castigarlos a ellos? ¿No teníamos que juzgarlos y castigarlos a ellos?

¡Hablando de la furia que es mala consejera! Se nota que es mala consejera para sacar palabras, y también para ir a votar. La emoción te aleja de lo que está sucediendo en el presente, es cierto, te hace tomar malas decisiones, porque no estás pensando, sino sintiendo.

Salí a correr un rato, a ver si me calmaba un poco a ver si veía las cosas mejor un poco mas tarde. Me sirvió. Pensé mucho en el asunto hasta que llegué a una sola conclusión. El jueves estaba preocupada por si Milei llegaba a ganar la elección, y ese momento llegó igual el domingo. No pude hacer nada por que ese momento inevitable llegara y cuando fue el domingo a la noche, ya estaba agotada de tanto pensar. Ahora pensé en tantas cosas horribles que puede hacer esta gente con nuestro país, hasta que dije "basta, hasta acá", nada de lo que piense de antemano va a evitar que ellos lo hagan. Me imaginé como 20 cosas, y quizá solo pasen 5 y otras tantas que inventen en el medio, pero pensarlas, maquinar mi cabeza con eso, no va a evitar que eso suceda. Y me va a encontrar agotada, enferma de preocupación. Cuando tengamos que hacer frente, vamos a necesitar esa fuerza que perdimos sobrepensando.



sábado, 18 de noviembre de 2023

#MedamiedoMilei

Acá estoy solo tratando de describir el estado actual de cosas. Muy nerviosa, muy preocupada así que pido de antemano disculpas por las desprolijidades que voy a cometer. Escribo porque todavía no me decidí a salir a correr, está demasiado soleado quizá. Escribo porque quiero soltar un rato ese rectángulo de nerviosismo con la pantalla medio quebrada. El celular no me deja y, contrario a lo que sucede otras veces, no me calma, no me distrae, sino que me pone mas en el tema que hace días me tiene apretando los dientes mientras duermo o apenas me distraigo.

Ya el jueves al medio día pensé "Que nerviosa me siento". No me había dado cuenta hasta que mi corazón empezó a acelerar, y respiraba rápido, y de pronto no di mas y lloré un rato. Después hice lo que nunca, me compré un mantecol y me comí la mitad. Un poco bajó mi ansiedad quedó como aplacada por un rato. El viernes volví a comer muy mal, y a la noche me fui a acostar un dolor de estómago insoportable.

Siento que no doy mas, mi cabeza está en el futuro completamente, trato de decirle "basta". Lo que tenga que llegar va a llegar igual, lo que tenga que afrontar, lo voy a tener que afrontar y no vale la pena estar pensando de antemano en que va a pasar.

Es una situación que me excede, me enciende, y me saca toda la energía para hacer otras cosas. Me agota, me identifico agotada, mental y físicamente. Si alrededor pasa algo mas que el silencio absoluto, ya enseguida me siento demandada, pero porque mi cerebro está completamente tomado por estos pensamientos.

Como si pudiera, con el solo hecho de pensar en eso, cambiar algo de la situación futura. No estoy acá en este momento. Pienso en el lunes o el martes, pienso en diciembre y aún así, no puedo planear ni decidir. Me quedé paralizada.

Y no es que sea una fanática de la política. No, al contrario ningún partido me saca el sueño, no tengo una preferencia, a veces escucho algunos referentes y pienso igual o diferente, no importa realmente. No me caso con los políticos, pero sí tengo mis ideas políticas claras.

Y no es que mi trabajo vaya a cambiar si gana uno u otro, o acaso mi situación económica. No veo relación directa con lo que pueda llegar a convenirme económicamente. Pero me preocupa el entorno. Claramente no se puede vivir feliz plenamente cuando todo alrededor es tristeza, miseria y caos.

Y voy hacia el ejemplo contrario, un momento lindo y pleno del año pasado cuando Argentina ganó el mundial. Fue gratificante salir y ver la gente feliz en la calle. No era solo por la enorme multitud cantando, extasiados de felicidad, festejando sin parar. Era ir al super a comprar y ver a todos con una sonrisa, la gente en la fila amable, la gente feliz es mejor gente. Daban su turno al otro, cedían el asiento, hablaban con respeto y alegría, y eso me hacía bien también. Era una retroalimentación de felicidad continua. Es decir, que mas allá de mi situación económica y laboral, pienso también en el resto, en los que comparten la sociedad conmigo, y sé que en última instancia eso es también pensar otra vez en mí.

Porque no hay mejor felicidad, que la felicidad compartida.

Sé que hay gente que tampoco le interesa estar mejor, que hacen esto para que otro no esté bien, para alzarse sobre los demás y solo así alcanzan la felicidad, mostrando lo que ellos tienen y otros no, pero realmente no me importan mucho, me da lástima por ellos en realidad. Me apena que no puedan disfrutar de la plena felicidad colectiva.

Necesito sentirme un poco mas relajada hoy, claramente. Quiero estar como los resignados, o como los que les da los mismo. Pero no puedo, hubiera preferido cualquier otros escenario final en vez de este escenario final que tendremos mañana.

Y me viene a la cabeza, hoy ya varias veces, ese capítulo final de 1984, cuando Winston Smith está en el bar mirando las noticias  la policía del pensamiento le lavó la cabeza, arrebatándole completamente la voluntad y el deseo por disfrutar. Smith se siente nervioso, ya no recuerdo porqué, y sus emociones pertenecen al gran hermano.

No quiero estar así, porque siendo honesta ni uno ni otro es la panacea de la política, y nadie nos va a salvar de las dificultades que se vendrán en el 2024 ¡Lo sé! Pero sucede que uno de los candidatos pisotea permanentemente los valores mas básicos de la democracia y la vida en sociedad. Ni quiero hablar de él, porque ya me asquea, y pienso permanentemente "no puede pasar", me pone muy mal pensar que este hombre presida mi Argentina. En todos los años que llevo votando y viviendo en este país, solo una vez me sentí así de nerviosa y angustiada por mi patria. Era mediados de Diciembre del 2001.

jueves, 20 de julio de 2023

Todo normal por acá

 Anoche tuve una pesadilla horrible con el gato. Hace casi 4 años tenemos gato y mis hijas me cargan con que la relación que tengo con él es tóxica. Sucede que el gato me muerde y rasguña bastante a menudo y yo lo sigo queriendo y cuidando. Aunque obvio que no me gusta que haga eso, y me gustaría que fuera menos traicionero, y cariñoso como otros gatos, también reconozco que es un animal. Un animal con un comportamiento incomprensible para mi, pero de alguna manera acepto que es un animal.

Me desperté toda adolorida y hecha un bollito de llorar en el sueño.

En él, estaba el gato en un pasillo de un piso alto, y se subía a la baranda, de alguna manera yo lo espantaba y el gato perdía el equilibrio en la baranda. Se sostenía unos segundos y luego caía como en cámara lenta. Caía girando el eje de su cuerpo y golpeaba contra las barandas de los pisos de abajo varias veces por el costado, hasta que llegaba a caer en la escalera de unos pisos mas abajo.

Yo corría a buscarlo, y por alguna razón sabía exactamente la fecha en la que esto pasaba 31 de abril

¿y porque sabía?

Porque en ese momento aparecía una amiga mia que no veo hace muchos años, y que yo abrazaba y le decía ¿Por estos días no es tu cumpleaños? Y ella me miraba como "vos siempre esa colgada de los cumpleaños" ¿Es hoy? le decía. Y después le pedía disculpas porque iba a rescatar al gato, y me iba.

Ni sé como llevaba al gato en una mantita cubierto y llegábamos con mi hija menor al veterinario.

Pero no se podía pasar, porque había una fiesta y todos estaban bailando, y yo desesperada con el gato, que aún vivía, pero no me dejaban pasar.

En el camino el gato vomitaba algo que había comido que parecía salmón, aunque nunca come salmón, ni nada diferente de su alimento balanceado, porque cada vez que le he dado algo diferente me arriesgo a que se descomponga.

Lo apoyaba en un almohadón, y unos mozos nos traían un helado del catering, y el gato caminaba a chupar el helado.

Porque antes muerto que hambriento.

Y yo pensaba, quizá lo dejo porque es lo ultimo que va a comer.

Lograba llevarlo llorando hasta una ventanilla de la veterinaria y le explicaba que era urgente, que mi gato se moría. Juro que me dolía el cuerpo de llorar.

Y cuando lo miraba al gato, era como pedacitos de helado con forma de gato, pero de alguna forma sabía que era el gato.

Y la chica de la ventanilla de la veterinaria e preguntaba ¿Está vivo todavía?

Y yo le decía ¡por supuesto que está vivo! es que le saqué la piel.

Bueno... como verán todo muy normal en el mundo onírico. Un gato que se cae, agoniza, le saco la piel, hay una fiesta en la veterinaria, y 31 de abril. Si no hago algo con esto como jugarlo en la lotería no sé que haría ¿Llevarlo a anlálisis? Eso lo haría aburrido.

sábado, 15 de julio de 2023

Nuevas oportunidades creativas

En este día de julio del 2023 estoy particularmente contenta. Me tomé unos días (4) de vacaciones y hoy volví a trabajar. Un viernes para acomodar la casilla de emails y atender temas urgentes del trabajo, pero lo que me gustó es tomarme unos días para seguir con mi proyecto de escritura. Desde marzo volví a esto que siempre me gustó hacer y estaba tan trabado y olvidado. Me doy cuenta que me hace bien en algún punto tener momentos para escribir, y hacerlo desde la fluidez y no el "genio literario". Es mas terapéutico. La idea comenzó a ser escribir lo que saliera, escribir para escribir para expresar, para plasmar una idea, y no para que sea "genial" "espectacular" o el "libro del año". Ahora escribo para mi, porque me hace bien y no para producir ningún efecto en nada.

Siempre me pasó con la escritura que sentía que se me ocurría una muy buena idea, y con los días, esa idea me empezaba a sonar mala, pésima, hasta horrible y ridícula, y ahí moría para siempre. Sin embargo, en marzo empecé un curso con Kari Wain, por una publicación que me apareció en instagram. Todavía pienso que alguno de mis contactos me la recomendó, pero no logro detectar quién. Quizá fue el algoritmo de instagram. Y me doy cuenta que esto es lo que venía necesitado, algo que haga fluir la idea en la pantalla de la compu (o el papel), y dejar salir de mi cabeza las partes geniales de la historia, sin importar si tropiezo con cosas tontas o una redacción horrible, porque después va a haber tiempo para corregir, para usar otras técnicas de corrección. No juzgar un texto que aún no está escrito me permite sacar las partes buenas de mi cabeza. Ayer escribí: No debo juzgar un texto que aún no nació.

Otra cosa que me doy cuenta es que no es lo mismo narrar una idea que tenerla trabada en la cabeza. Escribo con la idea de que las primeras oraciones deben ser una entrada en calor, una preparación, y luego sale lo bueno y volvemos para corregir lo que no está tan bueno. Estoy feliz, es la primera vez que fluye y no para de fluir, y al escribir se me ocurren cosas mejores, únicas, y que cada vez me gustan mas.

Me pasaba cuando escribía que a veces era solo una oración, la borraba, la volvía a escribir y no iba para ningún lado. Ahora, que estoy sacando una historia de mi cabeza, me empecé a enamorar de mis personajes, a angustiar por sus conflictos, a tratar de entender sus motivaciones, es realmente hermoso el proceso que no sucede hasta que uno comienza y sigue, y sigue.

No sé en que va a terminar, por ahora en que me hace bien y me tiene contenta y escribiendo. Luego veremos que sucede, veremos si mi libro ve algún día la luz.

Aprovechen los cursos de Kari, pueden empezar por un curso gratuito y después ir viendo. Vale la pena.

lunes, 10 de julio de 2023

Ser feliz era esto

 

Mi compañera de running y trial, Paula me recomendó un libro en estos días, también me lo prestó. Durante nuestro viaje a Ushuaia descubrimos que además del gusto por correr compartíamos la pasión por la lectura. Cuando fuimos a entrenar el miércoles  en una vuelta a la pista me dijo que se había acordado de traerme el libro. Y ya lo terminé en tan pocos días.
Es un libro hermoso y simple como me prometió. Me encantó la narrativa, sin complicaciones a la hora de elegir palabras y tratar de trasmitir experiencias e imágenes visuales, pero sobre todo sentimientos complejos. Me parece que Eduardo Sacheri es como el Federer de la literatura, uno lo lee y parece que escribir es muy fácil porque en todo el libro no hay ni una palabra complicada, pero puede trasmitir sin problemas un par de personalidades complejas, una historia que puede ser verdadera tranquilamente.
Lo que me fue haciendo ruido es un poco la historia de Fabiana, medio cliché de mina mala, madrastra manipuladora del pobre tipo al que hace infeliz. Pero después me acordé de un par de minas que son un poco así, de hacerse las buenas con las hijas y después armar quilombos porque no las aguantan. En el caso de Fabiana, hay que decir que cuando ella se puso con el tipo no sabía que tenía una hija. Que de hecho, la hija la tuvo cuando estaba con ella, aunque medio habían cortado. Y aún así Fabiana trata de acomodar su vida, aún cuando ni trata de ser madrastra, porque todo lo que decía Fabiana sobre Sofía se lo contradecía, ya sea cuando sugirió las clases particulares por ejemplo.
En cambio, las minas que conozco que son así de malas con los tipos que tienen hijas, ya sabían que eso era así cuando se pusieron a salir con sus parejas. Ya sabían que venía el combo hombre-hija, y en ese caso no tienen ningún derecho de molestar ni protestar y mucho menos ser yegua con las hijas.
Igual no voy a defender a Fabiana pero me encantó el libro y la recomendación de mi amiga, espero que el miércoles se acuerde de traerme la siguiente recomendación. Me recomendó libros de Hernán Casciari, me dijo que ella y el marido lo aman así que tengo grandes expectativas, y ya estoy cruzando los dedos para que el miércoles se acuerde.

sábado, 8 de julio de 2023

Miedos

Me desperté con los músculos estrechos y adoloridos de abrazarme a mi misma toda la noche. Ahora pienso que nunca tuve miedo a la soledad, la soledad no duele. A lo que en realidad siempre le tuve miedo fue al abandono, al alejamiento a sentirme desilusionada, menos y apartada.

A la soledad no.

sábado, 17 de junio de 2023

Un viaje a Stravagantia


Cuando con Viki descubrimos a Laura Gallego, hicimos un alto consumo de todos sus libros e historias. Creo que en un año leí cerca de 12 o 13 libros de la autora. Nos encantaban y los devoramos. Obviamente Viki leyó mas que yo. Para mi, Guardianes de la Ciudadela, es la mejor trilogía, la cumbre de su carrera. Me pareció que había tocado su techo. Es una autora que todos los años saca un libro, lo que me parece a mi entender algo muy exigente para una escritora, pero se ve que ella se organiza muy bien, porque comenta que escribe de 8 a 17 y es muy organizada.

Hace un año leí El ciclo del Eterno Emperador, y si bien me gustó, me pasó algo curioso con el libro, todo el tiempo tenía la sensación que sabía lo que iba a pasar, me parecía muy obvio que era lo siguiente y por lo tanto no me produjo sorpresa. Pensé que quizá ya había agotado mi ciclo de lectura con Laura Gallego, aunque es inevitable que cada nuevo libro me produzca curiosidad.

Esta semana terminé de leer Stravagantia, para ver si era un libro que pudiera leer Isabella de 9, o podía llegar a tener alguna escena violenta o poco recomendada para ella. Al principio me pareció un libro medio bobo, y también pensé ¿Qué esperaba? Pero después se va poniendo lindo, interesante. Caminamos por los caminos de Stravagantia con Berk y Virginia, este mundo en el que solo se sobrevive si se siguen las reglas que desconocemos a priori. La emocionalidad va en aumento y aparecen elementos interesantes en la narración, como las descripciones simples, sin palabras complejas, sin extensiones innecesarias, pero precisas. Realmente si cerrabas los ojos podías ver una imagen completa del lugar y de los personajes.

Hay también un rememorar Memorias de Idhún. Creo que Laura extraña un poco Idhún, así como el mundo creado por Erik, al parecer los autores también quieren volver a esos mundos imaginarios donde pusieron todo. Stravagantia no es Idhún, pero me imagino qué cosas que eran para Idhún quedaron relegados para Stravagantia, como sus dioses, sus inicios y sus reglas. Cosas que no eran compatibles con Idhún, cayeron como plato volador en este nuevo mundo creado por Laura.

Los dioses en este mundo, son indiferentes al sufrimiento de los seres que habitan Stravagantia, y también hasta crueles, un poco como sucede in Idhún, donde al final el dios mas malo, es el que termina dando el pecho por sus criaturas que ha creado.

Me gustó el viaje por esta nueva tierra, aunque me irritó un poco Virginia. Ahora Isabella está leyendo Stravagantia y me hace comentarios sobre Virginia, y tiene razón. No solo a mi me irrita Virginia, a ella también, aunque va para adelante eso no puede negarse la poca consideración que tiene con Berk. Para Isabella es el primer libro que lee de Laura Gallego y parece estarlo disfrutando mucho.

Así que ya saben, si quieren leer con sus hijos un libro ameno, agradable que deja una bella sensación, este libro es recomendable.

Y ahora ojo con los Spoilers...


La verdad que de las primeras cosas que pensé es que Berk era Erik, por un motivo en particular y es que el nombre tenía el mismo largo, y solo había un cambio de orden en las letras y de un par de consonantes. Me pareció una pista que no podía ser por casualidad, pero luego pensaba en todo lo que Berk conoce Stravagantia, lo cotidiano que le es ese espacio y descarté la idea. Claramente Berk era de ahí, y estaba en lo cierto, pero había algo de sorpresa. Luego está esta idea de Erik de irse del mundo, y su trato con los hermanos de los imposible. Laura no ahondó allí, porque creo que quiso dejarlo como un libro para niños, simple fue definitivamente una decisión.

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